El triunfo en el amor

Todos nos cremos triunfadores, al enamorarnos y disfrutar de sus placeres físico-psiquicos, pero es un proceso natural y por ende un triunfo de la vida. El amor es la interpretación sentimental y práctica, del celo humano o ciclo reproductivo natural. Lo practicamos por mero placer, desconociendo o ignorando su verdadero propósito: fertilizar el óvulo. El sexo es la via o camino, del: creador, Madre naturaleza o evolución, para preservar su obra (la vida de la especie). El amor se caracteriza, aprecia y persigue, por el placer que devenga, a tal punto que queremos estar permanentemente enamorados. Somos 7 mil millones de humanos, lo cual certifica más allá de cualquier duda la eficacia del sexo en condiciones naturales (sin protección). El exito humano radica en "controlar" o regular ese proceso natural, mediante la concepción responsable. La especie inteligente no debe reproducirse como los no inteligentes, porque un hijo aparte de ser una nueva vida, necesita y merece una existencia segura, estable, responsable, sana y garantizada. No tenemos derecho a condenar a una existencia miserable a otros seres (hijos), que además se traducirán en piezas inservibles para la sociedad. Si no podemos criarlos (alimentos, vivienda, ropa, cuidados, salud, educación, contención, etc.), no deberiamos concebirlos. Un humano es exitoso en el amor, cuando disfruta de los placeres del mismo, burlando a la naturaleza. Comer el cebo ( sexo), sin activar la trampa (hijos). Los demás seres vivos cumplen obligatoriamente sus ciclos reproductivos, el humano inteligente puede y debe, hacerlo solo cuando la tarea de veinte años, que representa criar a un hijo, pueda afrontarla con exito.